Hoy en día, es el personal más antiguo del restaurante Vinoteca Taberna de Pedro, un local especializado en cocina clásica española, ubicado en la coqueta zona que
Ignacio recuerda que accedió a la entrevista de trabajo mediante recomendaciones de un amigo y presenció todo el proceso de crecimiento de la Taberna de Pedro. Su día a día transcurre entre el servicio a los clientes del restaurante entre semana, el infaltable “futbolacho con los muchachos”, de los sábados y cada vez que se puede, el asado de los domingos con la familia y la comunidad paraguaya.
Su horario de trabajo arranca a las 11.00 y se prolonga hasta las 17.00; luego de un descanso, retoma a las 21.00 y permanece hasta el cierre del local, entre las 3.00 y las 4.00 de la madrugada. Reconoce que el cuerpo se acostumbra a estas extensas jornadas laborales, pero que se le debe encontrar el gusto a la actividad o no se la podrá soportar.
Relata que los paraguayos se dedican en mayor medida a las tareas de la cocina y como camareros, con un salario mínimo de alrededor de 1.100 euros mensuales (casi G. 8 millones, al cambio de hoy), que pueden llegar a 1.400 euros con las propinas. Otras actividades en que los compatriotas encuentran trabajo son en hoteles, para servicio de portería; en jardinería y construcción, pero estos últimos en menor proporción, añade.